martes, 30 de mayo de 2017

La escapada.

Con esta maravillosa película termina el curso ACEX-ESKE.



Il sorpasso es una película película italiana de comedia dramática de 1962 co-escrita y dirigida por Dino Risi y protagonizada por Vittorio Gassman y Jean-Louis Trintignant. El film es considerado una película de culto y uno de los ejemplos más famosos del género llamado Commedia all'italiana.
Ganadora del premio del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata al mejor director (Dino Risi), del premio Nastro d'argento del Sindacato Nazionale dei Giornalisti Cinematografici Italiani al mejor actor (Vittorio Gassman), y del premio David di Donatello al mejor actor (Vittorio Gassman).

Ferragosto

Ferragosto es una fiesta italiana de carácter laico celebrada el 15 de agosto y que suele ir acompañada de éxodos masivos hacia lugares de playa o montaña.
El término Ferragosto deriva de la locución latina Feriae Augusti (vacaciones de Augusto) que fue una festividad instituida por el emperador Augusto en el año 18 a.C. y que se unía a unas festividades antiquísimas que el mismo mes celebraban el fin de las labores agrícolas.

En la tradición católica el día de Ferragosto coincide con el día de la Asunción de la Virgen María a los cielos.
Wikipedia.

sábado, 27 de mayo de 2017

martes, 16 de mayo de 2017

Pelea entre "palankaris"



                              PELEA ENTRE PALANKARIS

 Un muerto, tras una pelea entre palankaris (lanzadores de barra vasca) ocurrida el día 2 de septiembre el año de 1.612.

Se inició la pelea en la era de la casa solar de Yceta de Suso (actualmente sidrería Yceta) y continuó junto a Yceta de Yuso dopnde apuñalaron a Martín de Munita, ocasionándole la muerte. 

Examinando antiguos documentos relativos a las casas de Yceta de Suso y de Yuso, ha llegado a mis manos un curioso documento sobre una pelea entre palankaris del año 1612, que tuvo lugar entre las dos casas solares de Yceta en Aia.  

Como es un documento del juicio a que dió lugar el asesinato de un cantero en dicho lugar, de nombre Martín de Munita, tiene muchísimas páginas, popr lo que me he limitado a transcribir seis de dichas páginas para contar lo fundamental de los hechos acaecidos y os adjunto, como curiosidad, la primera página de dicho documento. 



 La barra vasca fue un deporte muy practicado en nuestra tierra, aunque hoy en día casi no existe. Tuvo su momento de esplendor en los años 5o del pasado siglo, cuando el estilo de lanzamiento de la barra vasca se aplicó al lanzamiento de la jabalina.


  La "palanka", nombre de la barra en euskera, es una barra cilíndrica de hierro, un poco menor de la jabalina clásica, pero de un grosor similar. Se mojaba en espuma de jabón para un mejor deslizamiento en la mano. El palankari, apoyando la barra en la espalda, realizaba una corta carrera que incluía dos, tres o más giros, para acabar soltando la barra por el hueco de la mano, donde se deslizaba con facilidad. 

Felix Erauskin (el lanzador de la foto) fue el inventor de esta modalidad de lanzamiento que os he descrito y su discipulo Miguel de la Quadra Salcedo lanzó la jabalina con ese sistema a 82,80 metros el año 1956 y, a partir del año siguiente, empezó a superar con la jabalina los 100 metros con regularidad, estableciendo un récord personal de 112,30 metros, distancia insalvable para cualquier lanzador de jabalina de todas las épocas. 

El atletismo mundial quedó conmocionado y prohibió los lanzamientos de jabalina con la modalidad Erauskin por considerarla muy leligrosa para el pbublico. Erauskin modificó su sistema siguiendo las directrices de la Federación pero tampoco fue aceptada por considerarla peligrosa para lanzadores inexpertos, anulando el récord mundial de De la Quedra. Una historia curiosa. 


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 A Tomás de Jonsansoro, Alcalde y Justicia ordinaria de la tierra de Aya y su término y jurisdicción. Por el digno señor hago saber al señor licenciado Ibargoyen Corregidor por su Majestad en esta muy noble y muy leal provincia de Guipuzcoa y a cualquiera de sus lugartenientes y a los alcaldes ordinarios de hermandad de la dicha provincia y a cualquiera de ellos que en dos del presente mes de Septiembre habiendo venido a mi noticia como en la casa de Yceta jurisdicción de esta dicha Aia. A dicho día hubo ruido y pendencia escandalosa entre partes. De la una Don Francisco del Puerto y Justino de Echebeste y Francisco de Aramburu, vecinos de Zarauz y Guetaria y de la otra un Martin de Munita y Mendiguibel vecino de Anoeta y que de la dicha pendencia había salido herido el dicho Martín de Munita con dos puñaladas mortales. Acudí luego a la misma hora con mi escribano y gente prevenida a la dicha casa de Yceta donde  habiendo recibido del herido información del caso resulta resultan inculpados los dichos don Francisco del Puerto y Justino de Echebeste y Francisco de Aramburu y como a tales les mandé prender y secuestrar sus bienes y aunque fueron buscados no pudieron ser habidos. Antes fui informado que eran idos a las dichas villas de Zarauz y Guetaria y así mandé descargar suplicatorio y requisitoria en forma para sus ministros y cualquiera en su jurisdicción para que, en orden al dicho auto, manden prender a los susodichos D. Francisco, Etxebeste y Aramburu y secuestrarles sus bienes y ponerlos en Real Deposito como parece por el dicho auto que a tenor con la información. En esta razón uno después de otro son como siguen:

Declaración del herido. Luego incontinenti día, mes y año de esta, el dicho señor alcalde en uno con mi escribano fue al sobrado de la dicha casa donde en una cama estaba el herido un hombre del cual tomo y resumo juramento. Por Dios y Santa Maria su madre y palabras de los Santos Evangelios que dirá la verdad de lo que supiese y fuese preguntado y si así lo hiciere Dios le ayude y lo contrario le demande a cual hizo bien. Y dijo si juro amen de decir verdad y de cumplir dicho juramento. Le preguntó su merced lo que yo le había preguntado. Su nombre, edad, oficio y vecindad: dijo que se llama Martín de Munita y es de edad de veinte y tres años y es natural de Anoeta  y es oficial de cantero.

Fue preguntado declare de que enfermedad está en la cama: Dijo que el dicho día después del mediodía, como a las dos, D. Francisco del Puerto Y Juanes de Etxebeste, vecinos de la villa de Zarauz habiéndole alcanzado detrás el dicho don Francisco le había dado una puñalada por las espaldas y el dicho Juanes de Etxebeste en siguiente otra puñalada con que le hirieron y de las heridas está en la cama.
Fue preguntado del  lugar donde sucedió dicho descalabro y que causa y ocasión hubo para hacerlo. Y quienes estaban presentes.
Del lugar en que le dieron las dos heridas entre ambas casas de Ycetas y no estaba en disposición para decir la causa y ocasión que hubo para que le dieran las dos heridas y no se acuerda de quienes estuviesen presentes.
Con lo susodicho protestando de saber las demás preguntas y repreguntas necesarias, el dicho alcalde mandó que dos cirujanos le visiten al dicho enfermo y declaren la calidad y cantidad de las dichas heridas y el dicho Martin de que lo dicho arriba era así verdad por el juramento que había hecho, en que sea firme y ratifico y no firmó porque dijo que no podía a causa de su enfermedad.

Información de oficio de Yceta. Y después de lo dicho en la dicha casa, día, mes y año, el dicho señor alcalde para averiguación de lo contenido en dicho proceso, hizo parecer ante si a Domingo de Aguirre, natural de la dicha casa y de quien recibió juramento en forma debida de derecho. Lo hizo bien y cumplidamente y preguntado por el señor alcalde de dicho proceso, dijo ser de edad de veinte y dos años, poco más o menos, y lo que sabe de lo contenido en este proceso, es que dicho día, después de mediodía, como a las dos horas, en la era de esta dicha casa de Iceta de Suso, comenzaron a tirar la barra Martín de Munita que está herido en la cama y Jus. de Yceta y Francisco de Amilibia. Y luego fue a ellos D. Francisco del Puerto y tomó la barra e hizo un tiro y luego el dicho Martín de Munita dijo:
“Sr. D. Francisco, no he visto tan grande tirado de barra como el de Vm. “
Y en esto el dicho Don Francisco, dijo:
“Si bien conozco yo a uno que tira más….”
Y en esto el dicho Martín respondió:
“Señor, también le conozco yo a ese hombre pero no tirara tanto como vm. porque ahora hace tres meses tiraba yo más que él”
Y en esto, el dicho Don Francisco:
“Vos ni ninguno que hay en vuestro linaje no tirara más que aquel hombre”
Y en esto, el dicho Don Francisco tomó la barra y dijo al dicho Martín de Munita:
“Apartaos de ahí”
Y luego el dicho hombre se apartó a la esquina de la era y el dicho Don Francisco dijo que se apartase más. Y habiéndose apartado más el dicho Martín dijo:
“Harto lugar tiene vm para tirar la barra”
Y el dicho Don Francisco dijo:
“Quitaos debajo de mis ojos”
Y el dicho Martín le respondió:
“Señor, ¿yo tengo que quitarme…?
Y en esto, el dicho Don Francisco con la dicha barra quiso pegar al dicho Martín y se metieron de por medio gentes. Y el en esto llegó el dicho Juanes de Etxebeste de la dicha villa de Zarauz y echó mano de su daga y con el aviso se la dio al dicho Martín. Un gran golpe al dicho Martín y le dijo que se fuese de allá y en esto los apartaron.
Luego el dicho Don francisco tomó su espada y fue de una senda abajo, como si fuese a la dicha villa y el dicho Martín de Munita dijo a un compañero suyo:
“Vamos de aquí porque tengo que llegar a Guetaria”
Y el dicho compañero, le dijo:
“Quedaos acá, no andéis en ocasiones…”
Y todavía el dicho Martín repitió al dicho compañero:
“Por aquí fuesen…”
Y él le respondió:
“Pues aguardame porque tengo que hablar a un hombre…”
Y el dicho Martín habiendo ido hasta la era de la casa de Yceta de Yuso que está como a unos cien pasos de la de Suso. Paró y luego el dicho Don Francisco volvió por el camino arriba y llegando al dicho Martín de Munita  echó mano de su espada y daga, y también el dicho Martín y se acuchillaron y luego se metieron gentes de por medio y los apartaron y al dicho Joanes de Etxebeste le tenían asido tres o cuatro hombres y habiéndose soltado de nuevo fue derecho al dicho Martín con su daga desnuda y le dio una puñalada y esto es lo que responde y es la verdad. Por el juramento que he hecho , en esta, firmó, ratificó y no firmó por no saber. Ante mi, Domingo de Yanes.

Y, después de lo antes dicho en la casa de Yceta de Suso, día, mes y año dichos, el dicho Alcalde hizo parecer ante si a Domingo de Echave, vecino de la tierra de Aya, del que recibió juramento en forma debida en derecho y el hizo bien y cumplidamente y prometió decir la verdad y al ser preguntado por el tenor de dicho proceso, dijo que lo que de ello sabe es que el dicho día, como a las dos horas después de mediodía, vio este testigo como el dicho Martin de Munita y Jus. de Yceta y Francisco de Amilibia comenzaron en la era de esta casa a tirar la barra y a ellos fue el dicho Don Francisco del Puerto y tomó la barra, hizo un tiro y en esto, a lo que este testigo se quiere acordar comenzaron a tener palabras entre los dichos Martín de Munita y Don Francisco del Puerto y luego se metieron gente de por medio y luego el dicho Martín, juntamente con el testigo estando en la era de Yceta de Yuso, fue a ella el dicho Don Francisco y habiendo hablado algo en romance con un palo que llevaba en la mano le dio. Con la cabeza abajo y luego con la daga desnuda el dicho Don Francisco se acercó al dicho Martín y le dio una puñalada y con esto se metieron de primero gentes. Y el dicho Martín volvió a la dicha casa de Yceta de Suso y no sabe ni vio qué otra cosa pasase. Y lo dicho es la verdad por el juramento que ha hecho y no firmó por no saber y es de edad de sesenta y tres años, poco más o menos.


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martes, 9 de mayo de 2017

Salida cultural a Treviño, Valle Salado de Añana y Torre Varona.

Salida cultural a Treviño, Valle Salado de Añana y Torre Varona
 Por Nuntxi Pérez

El pasado viernes 5 de mayo, tal como estaba previsto, hicimos nuestro tercer y último viaje cultural del curso 2016/2017 de Acex-Eske. Hubo mucho quórum, o sea que llenamos un autobús (más de 50 personas).

Como la salida era relativamente cerca, salimos de Donosti a las 8:30 del lugar de costumbre en la Plaza de Gipuzkoa. Hicimos una parada “técnica” cerca de Vitoria, porque nos comentaron que San Vicentejo, que era el primer lugar a visitar, estaba un poco apartado de la “civilización”.

Llegamos a la hora prevista a San Vicentejo de Treviño donde nos esperaba la guía. La ermita es románica, se construyó en honor a los olleros y está consagrada a la Purísima Concepción. Fue declarada como Monumento Histórico-Artístico en 1994.  Las referencias documentales sobre la construcción de la actual ermita son muy escasas, si bien es cierto que se ha conservado, empotrada en el muro sur, una inscripción bastante desfigurada en uno de sus extremos que parece citar el año 1162, pero algunos especialistas señalan la posibilidad de que sea 1190.
A juzgar por su aspecto actual, llegada a nuestros días prácticamente intacta desde época románica, se aprecia a simple vista que es el resultado de dos fases claramente diferenciadas aunque consecutivas en el tiempo.
Consta la ermita de una sola nave de dos tramos que desemboca en un tramo recto presbiterial abierto a un único ábside de planta semicircular. Levantada en un tipo de sillería de personalísima tonalidad rosácea y ocre, que procede de la cantera del pueblo de Ajarte, en su conjunto apenas rebasa los 16 metros de largo por unos 6 de ancho. El principal interés de la construcción, como no podía ser de otra forma, se centra en el exterior del ábside. Alzado sobre un prominente basamento, el tambor queda articulado en cinco tramos separados por cuatro columnillas poligonales rematadas en sus correspondientes capiteles a la altura de las cornisas.
En la zona norte de la ermita hay representaciones de zorro (zona fría, el maligno) y en la zona sur un cerco (hace referencia al cristianismo). Como es una iglesia trinitaria sus símbolos son siempre tres (arcos: trilobulado, media punta y apuntado)
Al interior, la ermita queda cubierta en el cuerpo de la nave mediante una bóveda de cañón apuntada y reforzada por un único arco fajón que marca la separación entre los dos tramos. Mucho más interesantes son los capiteles del arco triunfal, el cual presenta un perfil apuntado y doblado. Dichos capiteles, que dan la impresión que pudieron servir de modelo para el segundo taller, sí concuerdan estilísticamente con el refinamiento técnico del exterior de la cabecera, presentando minuciosos entramados de tipo vegetal de entre los que sobresale una cabecita humana.
Otra de las señas de identidad de la ermita de San Vicentejo es la línea de imposta que recorre horizontalmente los muros interiores norte, sur y cabecero del templo, en la cual, fueron representados diversos motivos decorativos vegetales y zoomorfos.
Es propiedad de la familia Martinez Aragón y solamente se celebra una misa al año, el 12 de agosto. Su restauración se ha realizado a cargo de la Diputación de Alava.

Tras esta visita y de nuevo en autobús, nos trasladamos al Valle Salado de Salinas de Añana. Tenemos que dividirnos en dos grupos para la visita guiada. Recorremos las plataformas productoras de sal. Esta es una explotación salinera que se supone tiene más de 6.500 años de historia.

Salinas de Añana posee manantiales de agua salada que forman el río Muera, debidos a que los cursos subterráneos de agua atraviesan sedimentos de sal antes de salir a la superficie y cuya explotación está documentada desde el año 822. Las salinas del Valle salado junto con las de Poza de la Sal han sido las más importantes de toda la Península Ibérica.

En la Edad Media las Salinas de Añana florecieron con el mercadeo de la sal, siendo fundada la población en 1126 por Alfonso I y constituyéndose en la villa más antigua de Álava por los fueros otorgados en 1140 por Alfonso VI de León.

Las salinas están abandonadas desde mediados del siglo XX y sus maderas se degradaron rápidamente. Sin embargo recientemente se declararon Monumento Histórico y ahora están en proceso de restauración debido a su valor etnográfico y turístico. En este momento tienen una producción suficiente para abastecer de sal a todo el mundo. Trabajan como salineros en la actualidad 12 personas.

Tras la visita de los dos grupos hacemos una cata de sal y probamos el spa salino. Luego compramos diversos tipos de sal.

A continuación comemos en el Restaurante Palacio de Añana (muy bien) y volvemos a coger el bus para ir a  visitar la Torre Palacio de los Varona. El origen de esta torre se remonta a finales del siglo XIV o principios del XV, y nace con doña María Ruiz Pérez, mujer que hizo prisionero a Alfonso I el Batallador en la lucha contra Alfonso VI rey de León y Catilla, quien consideró que dada su valentía debería, en el futuro, llamarse “Varona”. Desde entonces hasta la actualidad, la torre ha sido habitada ininterrumpidamente por sus descendientes directos.

El conjunto ha sido restaurado por la Diputación Foral de Alava, adecuándola a las necesidades actuales. Se pueden ver en su interior ejemplos de mobiliario perteneciente a los propietarios y son muy interesantes los papeles pintados.

En uno de los lados del recinto sobresale la torre. La edificación del palacio se adosó a los lados norte y oeste y tiene almenada su totalidad. Asimismo tiene troneras y saeteras defensivas, así como un foso con agua que se salva por unos pequeños puentes.

A continuación, tomamos el bus y regresamos a Donosti, dentro del horario previsto.

¡¡¡Hasta la próxima!!!

Nueva ermita de San Esteban de Goiuru en Andoian



ANDOAIN

ERMITA DE SAN ESTEBAN

La ermita de San Esteban se encuentra en Andoain dando forma a una pequeña barriada situada entre los montes Usadelarza y Berkoain. Popularmente conocida como Sanixtoan o Ixtoan, se encuentra en el barrio de Goiburu. Se trata de un edificio rectangular de presbiterio trapezoidal cuyas medidas exteriores son 18 m de largo y 14,6 m de ancho. Sus esquinales son de piedra sillar mientras que el resto del edificio es sillarejo. Tejado a cinco aguas. La puerta de entrada es dovelada con aguabenditera a su derecha, una pequeña ventana a la altura del coro y sobre ella, la espadaña. Altar orientado al noroeste. Posee tres retablos adosados a la pared y sobre canes, a modo de marcos, para los bustos. En el central, entre dos columnas corintias, la talla de San Esteban y frontón con dos acróteras. Los retablos de la izquierda y derecha arropan los bultos de Santa Leocadia (Sta Lokari) y Santa Lucía (Sta Lutzia). Un precioso Cristo pende del techo sobre el centro del presbiterio. Su coro de madera, en forma de “U”, al estilo lapurdino (sus alas laterales avanzan hacia al ábside) con dos escaleras simétricas de acceso a la altura de la puerta de entrada.


La primera cita escrita aparece en 1542, cuando María Juan de Camino deja a la ermita en su testamento medio real. En esa época, sus patronos eran la villa y el regimiento. Murugarren señala 1548 como fecha de los primeros manuscritos, refiriéndose a ella como San Itxoan o mejor Sanixtoan. Se señala bajo la denominación de ermita de San Esteban de Goiburu en 1548. En 1575 contaba con dos seroras a su servicio que vivían en la adosada casa seroral: Pascuala de Isturiaga y María Pérez de Sarmendia. En 1587 se nombra a María de Mimendi como sucesora para cuando fallezca María Pérez que era la “serora principal”. Mimendi abonó 30 ducados de dote de manos de su hermano obligándose, además, a arreglar la casa seroral. Esta reparación se hizo entre 1603 y 1609 por el cantero Juan Martínez de Aguirre. Los primeros datos del siglo XVII indican que la Basílica de San Esteban tenía dos seroras o beatas en servicio. Las informaciones posteriores inducen a creer que al menos desde el siglo XVIII había una sola serora y a partir de 1758 aproximadamente, ya no hay serora fija, es decir con dedicación exclusiva.

La conservación del “Libro de la Ermita y Basílica de San Estevan de esta Villa de Ayndoayn y de sus haveres y limosnas” abierto en 1655, supone una aportación fundamental en el conocimiento de su historia (El libro original, sobre el que se anotaron dos siglos de actividad del templo, fue adquirido por la librería La Lama de Tolosa por 14 reales). En sus primeras páginas nos habla de la confección en 1655, de una nueva talla representando a Santa Lucía, de la peana del altar (por 23 rs.v.) y la sábana nueva “de lienzo de la tierra” para el mismo (33 rs.v.). Como casi todos los caseríos y edificios en general, también en esta ermita se efectuaba un repaso periódico al tejado, con arreglo de las tablas más dañadas, tapado de agujeros, cambio de ubicación de tejas y sustitución por nuevas y, muy de tiempo en tiempo, un remozamiento general de todo el tejado.

En 1663 se solicita autorización al Obispado de Pamplona para acometer obras de carpintería y cantería que, a la postre, ascendieron a 770 rs.v., y proceder a la apertura de una ventana y un lucero en el altar mayor (costó 24 rs.v.). En 1664 se hace un retablo nuevo. Nuevas obras de carpintería en 1678 (49 rs y 6 maravedís) y cantería en 1679 (73 rs.v.). Se arregló la puerta principal y se pusieron bisagras nuevas en 1693. En 1699 el Visitador general da un plazo de dos meses para que se haga “un entablado sobre los altares para resguardo del polbo y la mayor decencia, se enladrille o enlose el suelo y se enluzcan las paredes". Las obras más importantes no se efectuarían hasta 1714/1726; se retejó con maderas nuevas y tejas traídas de la tejería de Cizurquil; se pintó toda la iglesia y el guardavoz del altar mayor; se colocó una balaustrada en el altar mayor y se hicieron diversos trabajos de cantería con una inversión total de más de 1.029 rs.v. Entre 1745/53 se colocaron dos bancos nuevos. En 1786 el Visitador General ordena que en 15 días se repare el coro. Finalmente la lámpara se arregla en 1803.

Uno de los sucesos de mayor trascendencia de su historia sucede con motivo de la inspección del Ilustrísimo D. Agustín de Lezo y Palomeque el 24 de setiembre de 1782 quien, en uso de su autoridad como Visitador General, abogó por su desaparición. En consecuencia, se estableció un pleito entre el Fiscal General del Obispado y la villa de Andoain. Tras un largo contencioso, el 28 de abril de 1786 se da sentencia definitiva a favor de la villa aunque con diversas obligaciones, que por su importancia, se reproducen en su parte más substancial: “.. Permitimos subsista por ahora la Basilica o Hermita de San Esteban situada en el barrio de Zumea, jurisdicción de la villa de Andoain y se celebre en ella el Santo Sacrificio de la misa, con la condicion de qe la dicha villa disponga que en el termino perentorio de quince dias se repare y componga el coro de dicha Basilica a satisfacción de Dn Domingo de Obineta rector de la Parroquial de Soravilla que la ha reconocido con nuestro mandato y de haverse asi echo se presente la correspondiente certificación de dicho rector dentro de veinte y mandamos que Dn Sebastian de Arizcun, presbitero Rector de dicha Parroquial de Andoain destine en dicho barrio de Zumea una persona de toda confianza y notorio avono que cuide con la percecion de las rentas de la casa seroral que ai contigua a dicha Basilica, la qual deverá llevar y dar anualmente quenta de su producto e inversión que devera ser en primer lugar en comprar un caliz y patena de plata sobredorada esta y aquel por la parte inferior para la celebración de las mismas qe se haian de decir en dicha ermita y lo restante para surtirla de los ornamentos que le faltan y necesitare en lo subcesivo para el mismo fin comprando para la formacion y dación de dichas quentas un libro de a folio enpergaminado que devera presentarse en las Santas Visitas para q. en su vista se providencie lo conveniente y asi lo declara y manda. Licenciado Uriz.

En 1881 fue totalmente reedificada. El 8 de agosto de ese año, los vecinos Manuel de Alcain, Jose Manuel de Huici, Martin de Aramburu, Manuel de Arbelaiz, Sebastian de Gaztañaga y Cecilio de Goicoechea redactan un escrito pidiendo al Ayuntamiento convoque una reunión para impulsar la reconstrucción de la ermita de San Esteban que, a su entender, se encontraba en “deplorable estado”. Con apoyo del consistorio, se crea una comisión gestora nombrándose una subcomisión para la obtención de los oportunos presupuestos, encabezada por el propio alcalde, Juan Bautista Ichasu Asu y compuesta por el rector de la parroquia Juan Ignacio Munita y cinco miembros más. El 26 de agosto había ya un presupuesto provisional que ascendía a 10.877,50 pesetas. La cuenta final se ajustó a lo presupuestado con un ahorro de 236,50. Pero para hacer dicha ampliación, debían ensancharse ambos laterales y tirar la planta vieja, pues se antojaba imposible repararla dado su estado de ruina ocupando algunos terrenos colindantes, a lo que, por carta del 8 de setiembre, accedió su propietario Vicente Ugarte, residente en Vitoria, sin cargo y según el proyecto que le presentaron. El primero de noviembre se reúne la comisión gestora. Acusan recibo del permiso obispal para ejecutar la obra y, aun reconociendo que su coste era elevado, manifiestan la voluntad común de llevarla adelante. Para ello se abre una suscripción popular y entre los miembros de la comisión se responsabilizan de visitar las casas de la calle que le fuera asignada. El 20 de febrero de 1882 la comisión recuenta lo recogido y determina hacer un nuevo esfuerzo. Además, se acuerda preparar unas papeletas donde los donantes pongan el importe entregado, fecha y firma. Fue el 8 de marzo cuando se remitió escrito al Obispado de Vitoria para la realización de nuevas obras que comienzan en abril, pese a que aún se carecía de fondos para sufragarlas al completo, empezando a llegar donativos de gente foránea. Gracias a la aportación del trabajo de unos, materiales de otros y dinero de los demás se consiguió llevar a buen puerto la reconstrucción de la totalidad de la ermita por importe de 10.641 pesetas, cifra a la que debe añadirse la mano de obra gratuita de los vecinos (auzolan) y los materiales que se regalaron. En 1907 se renovó la sacristía y elevaron las paredes y en 1966, conforme con la normativa dimanada del Concilio Vaticano II, se efectúan reformas encaminadas a la supresión de todos los altares excepto el central y del enlucido en las paredes para que aparezcan en piedra viva; no obstante, se respetaron parte de los antiguos retablos y tallas originales. Se aprovechó para creosotar las maderas a fin de mantenerlas en óptimas condiciones.

Ya en 1655 había tres altares: el altar mayor dedicado al “Glorioso San Esteban”, otro lateral a Santa Leocadia y un tercero a “Santa Lucia Virgen y mártir”, cada uno con “sus sábanas de lienzo en la tierra”. Ese mismo año, con la dote de 30 ducados que ofreció la nueva serora Bárbara de Ubillos, se proyectó hacer un nuevo bulto de San Esteban pero se sustituyó por otro de Santa Lucía que costó 115 rs.v a lo que hubo que añadir los 92 rs.v correspondientes a su dorado. En la visita de ese año, el representante obispal de Pamplona ordena que no se ejecute ninguna otra obra antes de disponer de una nueva imagen de San Esteban. Pero estos mandatos no parece que se cumplieran hasta 1663, pues por las cuentas sabemos que gracias a una nueva dote de 200 ducados de la serora entrante María Miguel de Larramendi, el maestro arquitecto Pedro de La Tixera recibió en esa fecha 1.100 rs.v y distintas cantidades en sucesivas, hasta un total de 1.329,5 rs.v para la realización de un retablo que hizo para el altar mayor de la dicha ermita y bulto nuevo de San Estevan”. Tambien La Tixera preparó los dos colaterales de los altares de Santa Lucía y Santa Leocadia y la puerta principal de la ermita (por 800 rs.v.). Por último, se encargó un cuadro al óleo del “martirio del Glorioso Martir San Esteban que se hizo para el remate del retablo” (80 rs.v.). Durante casi un siglo no se realizarían reformas en imágenes ni altares. Las cuentas que presenta Martin de Ubillos Donachele del período de su mayordomía (1753/1758) recogen tan sólo 16 rs.v. entregados a Pablo de Echeverría por el dorado del bulto de San Esteban. A principios de siglo consta que había además dos cuadros, uno del Sagrado Corazón de Jesús y otro del Sagrado Corazón de María, además de los de las estaciones del Vía Crucis con inscripciones en francés.

La primera relación de bienes data de 1655. Por entonces poseía: cada altar sus sábanas de lienzo de la tierra, una casulla parda con su estola y manípulo, dos albas, dos misales el uno viejo que “ya no es de servicio” y el otro “andando”, un cáliz de plata con su patena, una lámpara con polca para encenderla y apagarla (en 1686 se cambió la cuenta y las cadenas que la sujetaban por 27 rs.v) y dos candelabros y otras tantas vinajeras de estaño que se adquirieron en 1726 (18 rs.v). D. Manuel de la Canal, Visitador General, ordenó en su inspección de 1753 que se comprara un misal haciéndose dorar y reparar el cáliz. Ese mismo año se pusieron dos bancos nuevos, y en 1758 seis candelabros de latón y una campana nueva. Nuevamente en 1786 el visitador insta a que se adquiera “un cáliz y una patena de plata sobredorada ésta y aquél por la parte interior para la celebración de las misas que se haian de decir en dicha ermita”. Y en 1805 insiste en que “se procure ahorrar para comprar un cáliz y patena” ya que la orden de 1786 estaban pendiente de cumplimiento. Un crucifijo para la sacristía y una palmatoria que costaron 11 y 3,50 pesetas en 1884 respectivamente y una campanilla tres años después, figuran como las aportaciones últimas hechas a la mejora de esta ermita.

Dentro de su historia, capítulo aparte corresponde a su campana. Las únicas referencias anteriores al siglo XIX hacen mención a los arreglos en su cordería: en 1658 se invierten para este capítulo 1,5 rs.v, dos reales en 1664 y cuatro para cuerda nueva y arreglo de su badajo en 1762. También sabemos que en 1758 se puso una campana nueva y en 1888 la arreglaron por 40 pesetas. Un curioso informe de finales del siglo XIX pero sin firma y depositado hoy en el Archivo Municipal de Andoain aporta algunos datos: En el barrio Sur de esta villa se encuentra una Hermita Hermosa redificada desde 1881. En dicho año fue nombrada una nueva comisión de fábrica en bista del mal estado en que se encontraba. Y al efecto fuí tambien nombrado el que suscribe en dicha comisión en el que propuse el derribo de la dicha hermita y levantar de nuevo; y a cuya proposición se aderieron todos los comisionados y tambien les ofrecí en aquel acto que traería una campana que poseíamos la sociedad Soroa y sobrinos en la isla de Cuba, en la parte de Buelta abajo, término municipal de Candelaria en el punto llamado Manantiales. En el que poseíamos el cafetal la merced; teníamos dicha Campana para llamar a los trabajadores. La presencia de la campana es por compra de dicha finca con sus prendas. Y tenía una inscripción en letras góticas dedicada a Nuestra Señora de la Merced fechada en 1825 y muchas personas solían decir que sería importado dicha prenda por los mercedistas y fundido en Barcelona.. Así pues escribía mi querido tío Don Antonio Soroa y Muñagorri a mi hermano Dn Ignacio Mugica. Mis socios en aquella fecha; y hoy propietario de la finca: mi hermano, deciéndoles la oferta que habia hecho de la Campana a la hermita de San Esteban; y que remitieran con destino a esta en efecto así lo hicieron gustosos; embarcando en el muelle de La Habana por la casa J. Garin y Compª a la consignación de D. Jose M Elizaran del Comercio de San Sebastian. Es quien recibió y me entregó, y a la vez tambien entregué yo a la comisión de Fábrica como regalo que hacíamos a hermita de San Esteban; para que en lo sucesivo sirviera a los fiejes hoyentes y de votos de San Esteban. Y así fue colocada en el campanario la hermosa campana, y hubo quien dijo el badajo que parecía demasiado recio y mejor sería cambiar de badajo; y asi por dicha proporción apearon del campanario y pusieron nuevo badajo en una herrería; pero mal colocado sin juego y demasiado largo y por cuyo motivo se arrajó y entonces se vio el ayuntamiento obligado mandar refundir contando con la Junta de Fábrica; y así mandaron a Vitoria a la fundición de los Señores Echebaster e hijo, y según noticias fidedignas la campana al empezar romper y hacer pedazos para hechar al crison se vieron los operarios dicho fundicion daban golpes a toda fuerza con martillos que pesan dos arrobas, y por mucho que le pegaban no podian romper, y en esto que cedía pues no rompía dio sospechar que no era metal que ellos acostumbraban fundir de bronce, que es lo que se sabe de dichas noticias y mas el periódico de Vitoria publicó que la dicha campana resultó ser de oro y plata elevando su valor a veinte y nueve mil quinientos duros es lo que ha llegado a mis noticias de los periódicos pero en nada de la casa fundadores ni de la junta de la fábrica”. Llegados a 1915 nuevamente hay necesidad de refundir la campana pues la actual está rota. A tal fin de piden ofertas y tras un estudio por la comisión, se falla a favor de Hijos de Ignacio Murua de Vitoria. Una vez confeccionada la nueva pesó 135 kilos y el badajo 3 kilos, salió por tren camino de Andoain el 13 de junio de 1915, llegando a nuestra villa dos días después. Los Murua, según factura del 16 de junio de 1915, cobraron en realidad 115 ptas toda vez que regalaron el badajo. Francisco de Etxeberria recogió a principio de los años veinte la siguiente tradición (Aiendi era una de las casas principales de Andoain): “Orko kanpana Aiendi-ko indianuak Habanatik ekaria omen da. Amairu oroa pixatzen omen zun urtaririk gabe. Geroztik berituba da bai, oarin zazpi urte”. “La campana de ahí la trajo de Habana el indiano Aiendi. Dicen que pesaba trece arrobas sin yugo. Posteriormente ha sido refundida hace siete años”

Desde tiempos lejanos, dos son los ritos por los que los fieles acuden a ella. La curación o protección de los males que afectan a la vista, y para sanar o prevenir los males de cabeza. Aita Barandiaran, cita la forma que tienen los ritos que se realizan en ella "En la ermita de San Esteban de Goiburu existe una imagen de Santa Lucía, la cual sostiene un plato en que se hallan representados dos ojos. Los peregrinos tocan con pañuelos estos ojos y luego los suyos propios. Creen que esta práctica los preservará de los males de ojos. Y continúa "... Acuden a recibir la curación o protección de Santa Lucia quienes tienen problemas con la vista. Antiguamente en día de su fiesta se colocaba la imagen sobre la mesa del altar y un cajón para que la gente subiera y pudiera tocar con un pañuelo los ojos que la figura porta sobre un plato, y posteriormente los suyos propios. El resto del año, si alguien lo pedía se habilitaba una escalerita para acceder a la figura en el retablo". Y continua: "Tambien impetraban los fieles curación o protección contra los dolores de cabeza, para lo cual se introducía la cabeza en los agujeros que había a cada lado bajo el altar hasta la reforma de 1966, y en esa posición rezaban un Credo. Josefa Ansa (nacida en 1913), vecina del caserío San Esteban, cuenta que en otros tiempos acudía mucha gente a la ermita para sanar o prevenir los males de cabeza. Para ello, bastaba con introducir la cabeza en los agujeros que había a ambos lados del altar mayor y rezar un credo en esa posición. Estos agujeros se cerraron en la reforma de 1966

En Andoain asimismo, hasta hace años, se hacían rogativas los tres días anteriores a la festividad de la Ascensión del Señor. El primer día había procesión rezada por los alrededores de la parroquia, el segundo se iba en procesión a la ermita de la Santa Cruz de Lizaur y el tercero a ésta de San Esteban. Todavía hoy se sube en vía crucis rezado a San Esteban cada Viernes Santo: a las 7 de la mañana los mayores y a las 10 los niños y jóvenes. En 1659 se celebraron misas en esta ermita los días de Navidad, Difuntos y del Espíritu Santo. Al año siguiente sólo se oficiaron en las festividades del Espíritu Santo y 2º día de Pascua, y nada más que esta última en 1661/2. En el siglo XVIII, entre 1759/67, se celebraban cinco misas al año; los días de San Esteban, Santa Lucía, Santa Leocadia, segundo día de Pascua y día del Espíritu Santo. Lo más común era abonar dos reales por cada misa al celebrante, si bien en ocasiones, llegaron hasta los 3,5 y 4 reales de vellón. A partir de 1882 se hacía misa con sermón el 3 de agosto, festividad de San Esteban, entregando al oficiante lo recaudado entre los asistentes. Otras veces el celebrante y el predicador eran sacerdotes diferentes. A los monaguillos se les daba alguna propina y se les invitaba a comer junto con el sacerdote y organista. También se congregaban los fieles el domingo posterior a San Esteban, así como el 13 de diciembre, festividad de Santa Lucia, además de las mismas habituales encargadas o en memoria de algún benefactor. Francisco Etxeberria recoge en 1924: “Y el diezmo de este barrio solía ser para San Miliano (San Millán?). San Miliano sería el cura de ahí (San Esteban). Hace treinta y seis años se rezaba el rosario en la cuaresma y solíamos cantar. Y no sé por qué se perdió esa costumbre”.

Hoy día se celebra misa los festivos y vía crucis el Viernes Santo, partiendo a las siete de la mañana de la parroquia. A principios del siglo veinte, la limpieza de la ermita se encontraba organizada entre la gente de barrio de la forma siguiente según un cuaderno manuscrito que circulaba por entonces: El ayuntamiento de esta villa ha costeado el arreglo de los desperfectos que existían en la ermita de San Esteban y la ha dejado bien blanqueada y en buen estado, y los vecinos que habitan el barrio donde está situada dicha ermita, han convenido en atender a la conservación y limpieza de la misma, y han establecido el turno consiguiente para proceder al barrido y quitar los polvos cada quince días, siguiendo el orden que se indica en la lista que se pone a continuación. La llave de la puerta de entrada a la ermita obrará en poder del vecino Jose Ramón Garmendia, del caserío Bulano. ….. En los caseríos de dos viviendas, se pone primero el nombre del caserío y después el apellido del cabeza de familia para dar el orden de la numeración. Si alguno de los vecinos se negare a recibir el cuaderno y proceder al barrido y limpieza de la ermita cuando por turno le corresponda hacerlo, se entregará dicho cuaderno al Sr. Alcalde a fin de que este disponga lo más procedente. Se señala la lista de los caseríos así como el orden en que limpian la ermita.

Aunque la festividad del santo es la del 26 de diciembre, la fiesta de la ermita se celebra el 3 de agosto. Por la víspera es costumbre voltear la campana. A las diez del día 3 suele haber misa diaconada con panegírico del Santo. Ese día no se trabaja en el barrio sin verdadera necesidad. Despues de la misa se toca el iun-iun, y la gente joven ejecuta algunos bailes tradicionales. A la tarde bailan el aurresku y algún otro baile como han hecho a la mañana. Al domingo siguiente cada familia del barrio celebra su banquete al cual invita a sus parientes. A la tarde, después de las vísperas y el rosario de la parroquia, la banda municipal sube a San Esteban a ejecutar sus bailables, y entonces la juventud que viene de Tolosa, Villabona, Aduna y Urnieta baila toda clase de bailes (sueltos y agarrados) que nada tiene que ver con las tradicionales del país. Al anochecer se retiran todos. En la actualidad las fiestas duran varios días: hay exhibiciones de deportes rurales, partidos de pelota, juegos infantiles, bersolaris, trikitixas y sus famosas y multitudinarias verbenas populares que atraen al mocerío de la zona. Luis Pedro Peña Santiago, señala: "lo más popular de los tres días de festejos o aquello que con mayor jolgorio toman sus vecinos es el juego del Ollasko-Jokua (juego de los pollos), del que hablo en Aduna, y cito también otros lugares como Amasa, Oiquina, Legazpi y el barrio de Buruntza de Andoain. Al sábado siguiente al 3 de agosto, o el tercer día de las fiestas, a las cinco de la mañana, acompañados por un acordeonista salen los mozos por los caseríos a recoger los pollos para el Ollasko Jokua. Hacia la una de la tarde, en la plaza de San Esteban, se celebra el juego en que participan todos los mozos acompañados del acordeón. Despues, comida de hermandad y al atardecer romería con triki-trixa".


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