jueves, 27 de julio de 2017
martes, 18 de julio de 2017
Hitchcoch en San Telmo
Hitchcoch en San Telmo
Hay una bonita exposición, si os gusta este director. Durará hasta Octubre y los martes la entrada es libre.
Hay una bonita exposición, si os gusta este director. Durará hasta Octubre y los martes la entrada es libre.
Nuestras Ermitas. Ermita de San Lorenzo de Larre (Berastegi)
(Por Jose Luis Erquicia)
En el portillo de San
Lorenzo de Larre, en el cordal de las cumbres de San Lorenzo a Ipuliñoy
protegida por un precioso hayedo plantado en 1917, se conserva esta ermita de
San Lorenzo, patrono de la villa de Berastegi. A unos
100 m de ella, más abajo, hay una fuente de agua fresca y clara. Siempre se
dijo que en sus alrededores había un cementerio. En el habla popular se le
conoce como Salontxo, y a decir de Domingo
Irigoyen, existía ya en el siglo XV. Lope
Martínez de Isasti cita en 1625 en su Compendio Historial de la Provincia
de Guipuzkoa que en dicha jurisdicción de
Berastegi se encontraban las de “San Sebastian y San Lorenzo”hermitas devotas
con hermitaños.
Se
trata de un edificio rectangular de 23,8 m. de largo y 7,4 de ancho, con una
cota de altura máxima de 5,75 m y tejado a dos aguas. Está dividido en dos
partes: la ermita propiamente dicha (16,2 x 6,3 metros de medidas interiores) y
un refugio adosado (6 x 6,3 metros). Su altar está orientado hacia el este. Una
puerta de entrada en arco de medio punto y dos aspilleras estructuran su
fachada derecha. En el muro izquierdo una aspillera a la altura del
presbiterio. Se aprecia sobre el hastial norte restos de su primitiva espadaña,
mientras que una segunda espadaña destaca encima de su hastial posterior sin
campana. Esta se conserva en el interior de la ermita desde 1981 para
protegerla contra el robo. En 1917, fue fundida por Hijos de Murua de Vitoria,
como señala la inscripción: “DOMINGO SALVERIDI E HIJOS. BERASTEGI”, y en la
franja interior: “SAN LORENZO AÑO 1917.
Dentro
de la ermita, se encuentra un retablo sencillo policromado con dos columnas
dóricas y en una hornacina central la talla del santo con una gran parrilla en
sus manos, a cuyos pies se amontonan clavos de diversos tipos y tamaños. Unas
cortinas pintadas al fresco sobre la pared crean un efecto de trampantojo. La
zona del presbiterio está separada del resto de la nave por una pequeña reja.
Suelo de grandes lajas de piedra caliza. Cubierta en parhilera con tres
caballetes, viga de unión y poste de carga. En la entrada, una placa fijada al
suelo recuerda la realización de obras en 1971.Es costumbre que toda persona que
llegue a la ermita, antes de entrar, de una vuelta alrededor de ella.
En
torno a su construcción existe en el pueblo la siguiente leyenda: en su día, algunos
vecinos decidieron construir la ermita en la parte baja de la villa, junto al
camino, donde hoy día aún subsiste un santutxo dedicado al santo. Otros
entendieron que era mejor hacerlo en lo alto del monte. Los de abajo comenzaron
la obra pero ocurrió que las piedras que agrupaban y preparaban de día, durante
la noche, los ángeles las trasladaban a lo alto del monte lo que se entendía como
una clara manifestación sobre el lugar donde debía ubicarse la ermita. Se
construyó en la cima de Ipuliño. Sin embargo, los vecinos, tozudos como eran,
erigieron una capillita en el punto en que ellos habían pretendido construir la
ermita.Esta leyenda también ha sido recogida en la construcción de templos
marianos guipuzcoanos como Arrate, Ezozia, Icíar, etc.
Murugarren
cita la existencia de una primera referencia escrita del templo de 1541
mientras que por un documento de 1741 sabemos que se hacían rogativas por las
que se pagaban 6 reales al capellán y 2 al cantor.Según documentos religiosos
de la villa, en 1620 se realizan en ella procesiones y letanías. En 1731 murió la serora de la ermita Serafina de Aranalde sustituyéndola
Catalina de Aranalde. A ésta le sigue en 1744,por Beatriz de Arrúe. A su muerte
en 1751, los patronos decidieron que, en lo sucesivo,la misma serora atendiera
a la vez la ermita y la parroquia de San Martín Obispo del pueblo. En 1760 nombran
como serora única para ambos templos a María de Berastegi, natural de la villa.
Las seroras vivían en el casco de la villa, en la casa Gracienea.
Entre 1729/35 se estableció
un largo y tedioso proceso entre los vecinos y regidores de las villas de
Elduayen y Berastegi. Miguel de Anciola, rector a la sazón de la villa de Berastegi
entabló pleito ante el obispado de Pamplona con el alcalde, concejo y vecinos
de la villa de Elduayen, pues a pesar de que el obispo Murillo y Valverde había
dado orden de que cada parroquia hiciese sus procesiones de letanías dentro de su
propio territorio, los de Elduayen acudieron en procesión a la ermita de San
Sebastian de Berastegi y al encontrarla cerrada y no encontrarse en ella el
ermitaño, descerrajaron la puerta y celebraron misa en ella. Al día siguiente
hicieron lo mismo en la ermita de San Lorenzo. Los de Elduayen contestan que
esas dos ermitas están en jurisdicción común a ambas villas. La sentencia prohibía
a los vecinos de Elduayenprocesionar a ambas ermitas.
Se celebra misa el 12 de
agosto, día del santo. Se comienza a las siete de la mañana con diana de
txistularis celebrándose la misa en la ermita a las ocho y media de la mañana. A
continuación, los festejos continúan en la plaza del pueblo terminando por la
tarde con aurresku, bersolaris, verbena y trikitixa. Acuden numerosos
peregrinos de todos los contornos. Tanto Luis
Pedro Peña Santiago, Domingo Irigoyen, Gurutz Arregui
y otros autores describen la devoción existente “contra los diviesos y erupciones granulares” (bixika, zorna, errutaolakogauzetan).Se
acostumbra a llevar a la ermita clavos (iltzak) que se adquirían en casa del
herrador, de sección triangular o cabeza pentagonal depositándose uno por cada
diviesoque se deseabasanar. Al comienzo se frotaban los diviesos y se
introducían bajo tierra en los “entonces” robles que rodeaban la ermita”. Los
chavales subían a robarlos y los revendían. En épocas posteriores se dejaban
los clavos a los pies de la talla del santo que se utilizan después para las obras
a realizar en la ermita. Menos frecuente era llevar aceite para la lámpara, cogiéndose
del que ya había en ella para untar con éllos granos y quemaduraspues es
creencia que así curaban.
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Como “testigo” de la leyenda referida con la construcción
de la ermita de San Lorenzo, a la izquierda de la carretera formada sobre el
antiguo camino real que llega de Elduayen, a unos 1.000 metros de la entrada al
pueblo, existe un pequeño santutxo. Se trata de un humilladero o lugar de
oración que habitualmente tenía como misión ser punto final de Vía Crucis,
punto de oración para caminantes y también utilizarse para “degollar” o
castigar a malhechores. Según consta se construyó en 1541.
En su interior se venera una talla popular de San
Lorenzo. Es de planta cuadrada y tiene las paredes laterales y cuadrada de
mampostería. Fachada de sillarejo, excepto los sillares de dos arcos de piedra
arenisca. A la derecha tiene una aguabenditera encastrada en el muro. Aunque no
dispone de porche, tiene delante dos bancos de piedra. La cubierta a dos aguas
tiene estructura de madera con teja canal y lajas de piedra.En el interior,
sobre una peana, hay un pequeño retablo de madera con la imagen de San Lorenzo
vestido de diácono, con una parrilla en la mano.
Durante generaciones los
vecinos del caserío Zamargin se han encargado de su cuidado. En 2014, los
miembros de esta familia junto a otro vecino se encargaron de renovar su tejado
y adecentar su exterior. Además renovaron la imagen de San Lorenzo, deteriorada
por el paso del tiempo y la humedad. Así da fe una pequeña placa en la pared.
BIBLIOGRAFIA
AGUIRRE
SORONDO, Antxon y LIZARRALDE ELBERDIN Koldo
“Ermitas de Guipuzcoa”. Pag
175. Fundación José Miguel Barandiarán. Ataun 2000.
ARREGUI AZPEITIA Gurutz
“Prácticas de medicina popular en ermitas”.Hizkuntza eta
Literatura nº 4, pp 607-631. Donostia 1985.
EL DIARIO VASCO Sábado
16-01-2016
En portada. FIND pag 7 “San Lorenzo
txiki, el santo renovado-San Lorenzo, patrón de Berastegi”.
IRIGOYEN Domingo de
“Ermitas e iglesias de Guipuzcoa”. Anuario de Eusko Folklore Tomo
XIV pag. 42. Vitoria 1934.
MARTINEZ DE ISASTI, LOPE
“Compendio Historial de la provincia de Gipuzkoa 1625”. Impreso en
San Sebastian por Ignacio Ramón Baroja 1850. Editorial la Gran Enciclopedia
Vasca.
PEÑA SANTIAGO LUIS
“Las ermitas de Guipuzcoa” pp. 90 Ed. Txertoa 1975 San Sebastian.
“Fiestas tradicionales y romerías de Gipuzkoa”, Pag 105. Ed.
Txertoa 1973 San Sebastian.
ZUFIAURRE GOYA José
“Cruceros, cruces, picotas y santutxos en Gipuzkoa”. Pag 115.
Fundación Social y Cultural Kutxa. San Sebastian 1995.
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