jueves, 5 de octubre de 2017

Los y las mayores, protagonistas




De las más de doscientas películas que se han podido ver en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, he podido disfrutar de dieciséis. Y al margen  de tantas consideraciones como gustos tenemos los espectadores, quiero resaltar dos aspectos que me han llamado la atención.

Por un lado, he constatado que los mayores somos un valor en alza y no solo porque consumamos más o menos productos propios de la edad, sino porque también se nos considera parte de un mercado lúdico hasta hace poco bastante olvidado, como es el cinematográfico. Consumimos cine, efectivamente, pero ¿somos protagonistas? Bueno pues resulta que he visto tres películas en  las que aparecen grandes actores y actrices como Jean Louis Trintignant -Happy End-, Helen Mirren y Donald Sutherland, protagonistas de Leisure Seeker (que cuando la estrenen seguro que le cambian el título) y Glenn Close y Jonathan Pryce, matrimonio en la ficción de The Wife (La buena esposa).

Y por otro, me ha sorprendido que en algunos de estos casos -y no concreto por no desvelar el final de estas historias cinematográficas-  además de otros dos personajes secundarios de La villa (Una casa frente al mar), acaban sus días suicidándose. No han podido o no han querido continuar en la situación a la que se enfrentaban. En ningún caso se han planteado la eutanasia como tal, pero ¿donde está la diferencia real?

Al margen de estos dos apartados, quiero resaltar la ilusión que me ha hecho la presencia en el escenario del Kursaal de varios protagonistas, mujeres y hombres, que han participado en la entrega de premios del Zinemaldia y que se han  dirigido al público en euskera: Aitor Agirre y Jon Garaño, que con Handia han conseguido el Premio Especial del Jurado y Premio Irizar al Cine Vasco; Telmo Esnal, Premio Glocal in Progress por Dantza; Itxaro Borda, presidenta del Jurado Irizar e Izaskun Landaida, del Jurado Otra Mirada.

Karmen Izaga

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