jueves, 5 de octubre de 2017

Nuestras Ermitas - San Juan Bautista de Iturrioz (Aia)



ERMITA DE SAN JUAN BAUTISTA de Iturrioz

En la antiquísima calzada que unía San Sebastián y Hernani con el valle medio del Urola se encuentra el lugar de Iturrioz (carretera entre Aia y Asteasu en el collado de Andazárrate). Citado ya como Iturrioz de Gurtiajunto con los topónimos de Helcano y Haya en un documento de 1025 fue terreno común de Aya, Régil, Vidania, Goyaz y Albiztur. Emplazada a los 593 metros de altitud, la venta y ermita de Iturriotz está entre las más famosas de Guipúzcoa por la feria de ganado y romería que se celebraba en ella y que fue suprimida por acuerdo de las Juntas de Villafranca de 1728, por celebrarse en despoblado, siendo trasladada a Aya.


Por su posición geográfica, el lugar tuvo importancia hasta finales el siglo XVIII. En 1544 se la cita como ermita de San Juan de Yturrioz Mutio. Lope Martínez de Isastien 1625 señala la anteiglesia de San Juan de Iturrioz; en 1584 aparece destacada en un mapa editado en Amberes así como en otro de Tomas López, de 1752. Manuel de Larramendi al hablar del Ernio, la llama “iglesia o ermita de San Juan Bautista situada en la jurisdicción de Regil, Aya, Asteasu, Goyaz, Bidania y Albistur”. La ermita era el punto de reunión de los representantes de las Universidades que integraban la “Unión de Sayaz” para asuntos importantes. Por un documento de 1615 sabemos que ese día subían a la ermita los vecinos de Aya y Albistur en solemne procesión; los de Régil lo hacían la víspera y por San Bernabé, los de Vidania. La presidían los Ayuntamientos y cabildos eclesiásticos de los cinco o seis concejos de la Sierra, cantando o rezando las letanías de los Santos. El Síndico del municipio de Bidania anota en repetidos años del siglo XVIII el gasto de 12 reales dados al sacerdote, en nombre de la Universidad, por la celebración de la misa del “día de la Letanía” o “Romería de Iturrioz”.

Pablo Gorosábelrefiriéndose a Albistur señala “tenía también pro indiviso con los mismos pueblos, el de Rexil y Aya, otros montazgos de las cercanías de la ermita de San Juan Bautista de Iturrioz, erigida en terreno común de los cinco pueblos (Aya, Regil, Vidania, Albistur y Goyaz). Esta comunidad fue origen de muchas cuestiones entre ellos; algunas veces tan graves que dieron ocasión a escándalos y vías de hecho. Uno de estos casos ocurrió en 1544 el día de la Ascensión del Señor, en que las gentes de dichos pueblos fueron en procesión, según costumbre a San Juan de Iturrioz, con sus respectivos ayuntamientos y cabildos eclesiásticos. Ofendidos los alcaldes de Rexil y Aya que el de Albistur hubiese entrado en los términos de la expresada ermita, Hernio y Celatun con vara alta de justicia, le prendieron; y he aquí el motivo de un altercado serio entre vecinos de los pueblos concurrentes a la función. Resultó muerto en él Juan de Atodo y cortado el dedo pulgar de la mano derecha de Juan Gaiztarro, ambos moradores de Albistur”. En la misma obra, al hacer la historia de Aya y formación de sus ordenanzas municipales en 1611 explica que “para el gobierno y la administración de la tierra debía haber además un jurado ejecutor y dos guardamontes, un depositario de fondos, un colector de la bula y los mayordomos de la iglesia parroquial de Aizpe, Iturrioz y del Hospital”.

El 11 de agosto de 1792 se comete una grave profanación de la ermita. El tribunal eclesiástico de Pamplona ordena su reducción a simple humilladero, “Los señores Justicia y Regimientos de las repúblicas de Régil, Aya, Albiztur, Vidania y Goyaz” acuerdan el 29 de agosto de ese mismo año, ante el escribano de Aya, presente en la casa seroral de Iturrioz, encargar por suerte a uno de los miembros de la Union de Sayaz la guarda de las alajas y efectos de la Hermita de San Juan de Iturrioz”. Echada la suerte corresponde al alcalde Bidania hacerse cargo de estos objetos. El día 30 de agosto, ante el escribano de Aya, D. Bartolomé de Loinaz, alcalde Bidania, recoje dichas “alajas y efectos” para su custodia hasta que los representantes de las Universidades resuelvan “en su primera convocatoria” el destino definitivo.

El lugar se trata de un conjunto formado por el caserío-venta, fuente y ermita de San Juan Bautista, edificio éste rectangular, de sillarejo con tejado a dos aguas. Tiene 13,5 metros de largo y 9,7 de ancho. En uno de sus muros, un pequeño arco escarzano deja sitio a un manantial. Su retablo interior es obra de Juan de Arbiça realizado en 1608. Sencillo, de madera sin policromar, con un San Juan Bautista en el centro, San Roque a la derecha y San Ignacio de Loyola a la izquierda. Arriba una pequeña imagen del Crucificado flanqueado por la Virgen y San Juan. Por encima del retablo dos ojos de buey abocinados dejan pasar un poco de luz. Un comulgatorio separa la zona del presbiterio. Cuatro columnas, dos de ellas en el sotocoro, ayudan a sustentar la cubierta en parhilera de madera. Encima del muro izquierdo y sobre la entrada, una campana de hierro forjado.Lo que decimos de la pequeña iglesia se puede extender a la venta, viejo caserío de entramado de madera que muestra en su fachada las cruces protectoras pintadas con cal y guarda aun, en su interior, los restos de la cocina de hogar central. Todavía conserva la habitación donde dice la tradición que en mayo de 1535 descansó San Ignacio de Loyola,a su vuelta de París. Al día siguiente predicó desde un fresno situado junto a la ermita de Santa Lucia del barrio de Elosiaga, tronco que hasta hace poco se ha conservado como reliquia.

Respecto a la historia de las seroras que atendían esta ermita Antxon Aguirre Sorondocita: Los primeros datos documentales muestran que la ermita disponía a su servicio dos seroras. Recordaremos los nombres de Catalina de Yrure en 1583 y Gracia de Cataran, quien encontrándose enferma, testa el 8 de octubre de 1605 y pide, entre otras cosas, ser amortajada con el hábito de San Francisco y enterrada en la tumba que tenía su sobrina en la parroquia y también serora de la ermita, Catalina de Recondo. Asimismo, pide que antes de sacar su cuerpo se le rece una misa en la ermita, y que cada uno de los sacerdotes que haya asistido a sus funerales celebre, el mismo día o al día siguiente, en la parroquia, una misa en su memoria, por la que recibirá dos reales. Establece que perpetuamente se diga en San Juan Bautista misa los festivos con cargo a sus bienes y que se abone al sacerdote que así cumpla 3 rs. Catalina de Recondo, lega 4 rs al templo en su testamento en 1611 y varias vacas a su hermana; María Ortiz de Cincunegui, que entró en 1623 con 40 ducados de dote; Catalina de Aristiburu, dotada con 60 duc pasó luego a ejercer como serora parroquial, y por no haber abonado aquella cantidad a la ermita, en 1628 se entabla pleito contra ella; en 1629 es serora Gracia de Zumeta a cuya muerte en 1672 le sucede Catalina de Galarmendi, quien muere en 1699. Continúa María Ignacia de Amaz. En 1642 muere la también serora Maria Ortiz de Cincunegui, quien es sustituida por Mariana de Cincunegui, doncella que da de dote 40 duc. Otras seroras fueron Catalina de Azcue, quien entra a la muerte de Galarmendi en 1699 y fallece en 1715; Josepha de Iruretagoyena que entra en 1715 a la muerte de Azcue y que murió en 1734; María Ana de Echave que entra a la muerte de Iruretagoyena en 1734; María Ignacia de Amas fallecida en 1738 y a la que sustituye Catalina de Echave, quien a su vezfallece en 1738. Cuando por orden del corregidor del 14 de noviembre de 1769 se suprimen las seroras en la provincia, el concejo de Aya devuelve los importes de las dotes a Catalina y María Ana de Echave que, entonces servían en la ermita. A partir de ese momento la casa seroral se saca en arrendamiento, siendo el primer inquilino Francisco de Ybarreta. Posteriormente se vende y el 17 de febrero de 1828 es su propietario José de Valerdi.

El 25 de abril de 1598 el concejo, alcalde y vecinos conciertan con Pedro de Alcaredano, campanero, vecino de Guemes (Santander) para que refunda la campana rota de la ermita. Debía terminarla para Pascua de Pentecostés y los vecinos le darían adobe (barro) y leña para hacerla junto a la ermita. El 15 de mayo se colgó la campana de ocho quintales (unos 370 kilos). Unos meses más tarde, el 24 de julio, se liquidan las cuentas con el campanero y se pagan los 32 ducados que costó su fundición. Pero los pueblos de la Alcaldía de Sayaz se la vendieron a Aya.

En 1781 se efectúa un inventario de bienes. Fueron un cáliz de plata, una patena de plata con su cucharilla, una pequeña cruz de plata, cuatro corporales con sus costales, dos libros de misa, cuatro vestidos rojos de damasco para misas y un vestido blanco de paño, seis casullas, cuatro nuevas y dos viejas, cuatro telas para el altar principal, tres de ellas pintadas, dos toallas, siete candelabros de los que cinco eran de estaño y dos de bronce, ocho paños para los diferentes altares de los que dos eran para el altar principal, cuatro para los laterales y el resto para la parte "delantera", un atril, una lámpara de estaño, ropa del celebrante y una caja donde guardar las cosas, un par de vinajeras de estaño y tres de hojalata para el agua y el vino". En 1783 se efectúan obras de conservación general según informe de necesidades realizado por el arquitecto Juan Ignacio de Tejería.

Por orden episcopal, en 1786 se clausura el templo argumentando que en sus romerías se cometían excesos carnales por parte de la gente joven de ambos sexos. Así se comunica a los párrocos de Albiztur, Rexil, Vidania, Goiaz y Beizama para que supriman las visitas. Los ornamentos y artículos del culto se depositaron en manos del alcalde de Vidania para su custodia. Domingo de Irigoyenseñala en 1934 que la ermita estaba en lamentable estado “casi del todo profanada”. En 1995 se efectúa un retejo total de la ermita en auzolan.

Respecto de la fuente del manantial, Ignacio Barriola señala: Muchas veces interviene el agua usada de diferentes maneras en las prácticas curativas relacionadas con el culto de imágenes y ermitas. Bendita en unas ocasiones, la simple vecindad con el lugar venerado le confiere, en otras, virtudes sobrenaturales, ya sea al manantial cercano o al agua de lluvia depositada en un lugar propicio. Sus virtudes purificadoras la hacen recomendada mediante abluciones para las afecciones cutáneas entre las que con probable exageración se cita siempre la sarna, haciéndonos sospechar lo erróneo del diagnóstico popular que atribuye mil diferentes dermopatías a esta parasitosis. Renombradas en este sentido son las de la ermita de San Juan de Iturrioz”. Lope Martínez de Isasti subraya en 1625 que las aguas que manan del manantial situado bajo la ermita son curativas para la sarna. Aita Barandiarán atestigua que muchos romeros acudían a bañarse en su fuente la noche del 23 al 24 de junio, víspera de San Juan Bautista. Se tenía fe en las virtudes de su agua contra la lepra y enfermedades de la piel; se guardaba en los caseríos y se utilizaba para amortajar y limpiar a los fallecidos antes de su entierro. También se arrojaban monedas petitorias a su interior.

Hoy se hace misa y romería el día de San Juan, 24 de junio, ocasión en la que el sacerdote impone sus manos sobre los niños presentados por sus madres. La parte profana de la fiesta consiste en una romería. El 21 de junio de 1987, domingo, y en procesión desde Aya se lleva a la ermita la imagen restaurada de San Juan del siglo XVII. En el siglo XX tiene lugar en sus alrededores, el domingo más próximo al 29 de agosto día de la Degollación de San Juan Bautista, una gran concentración de personas provenientes de muchas partes de Guipúzcoa, antes de subir a las campas de Zelatun y cruces del Ernio. Tras cumplir con los ritos, hermosa romería en ellas.


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